Episode 1
CRIME FROM WITHIN
    


ENGLISH

I started using in 1999. I was still young, careless, rebellious as every teenager must be. It was a time when party drugs just appeared in our black market, but what was missing back in the day was information. All teenagers knew that drugs are bad for you, so as cigarettes and alcohol is, recalls a convict from Panevėžys women’s remand home, – I keep asking myself why me? I remember my friends who used drugs with me back in the day who somehow did not end up like me. Addicted. Why me? I have no idea… I grew up loved and spoiled. Had little fear of my parents. I remember if I was told to not do something, I was like watch me. You might call it stubbornness. Yes, perhaps it is my personality. Or temperament. Some very stupid temperament of mine.

A very important question raises here: is there a certain temperament or set of qualities that makes one a criminal?

What qualifies as a criminal quality?

Laura Ustinavičiūtė, a scientist and expert of applied criminal psychology has been looking for some answers to the question by researching profiles of convicts. 

After studying human psychology and identifying the causes of certain behaviors it became very clear that defining criminals as a separate group makes not a lot of sense. They are being examined, researched and described as somewhat different, although they are all personalities as everyone else that were led to committing crimes by a variety of circumstances that might be economic and/or social. Committing crimes might be connected to some personal qualities as well, but those can never be defined as a determinant solely. For example, in science, impulsiveness, associativity, anger, lack of empathy, poor self-control are the qualities most often associated with criminal behaviour. However, being impulsive or angry does not make one instantly a criminal. What makes a person to come up with decision to commit a crime is a situation caused by a set of various circumstances and personal traits.

Social context as the key 

An important determinant is the social context the person with mentioned qualities grows up in. For example, a person with a lack of empathy and a very low ability to control oneself sounds like a decent mixture of personality traits that might lead to criminal behavior. However, if parents or other close people emphasized the importance of social conduct, highlighted respect and other values, the person with mentioned qualities might act on their desires in socially accepted ways e.g. finding legal ways to earn more money, creating a business. In contrast, the opposite scenario, that same person grows up with absent parenting and rebellious friends. Therefore, it might happen one acts on his/her desires without any hesitation, nor thinks about law aligned ways, in other words, one starts stealing, planning robberies so infringing the law. This example only means that qualities do not determine the criminal behaviour alone and those can be shaped and directed to lawful behaviour rather than committing crimes.

Shaping the criminal mind: what is normal?

Social context does not only direct personal qualities to good or bad decisions, but also shapes the mind. For example, belonging to gang may cause one to romanticize the idea of criminal world, or minimizing one’s fault leads to rationalizing the crime committed (e.g. I was provoked), or making a harsh crime may seem not so bad at all as one does not think through the eyes of the victim. It all comes down to thinking patterns that are formed in the social context, usually family. If, for example,a child growing up saw someone being abused in order to get something, it settles as a norm for a child. This only means that later in life the person might accept abusive behaviour as normal, the one to use everyday to act in a social environment. 

High on emotions

You may hear criminals say that they did not mean to commit a crime, they do not even remember the act of it. This state is usually mistaken for the state of affect, however, it is called emotional arousal. It includes a variety of emotions, from anger to deep depression. The higher the arousal, the poorer self-control and higher vulnerability becomes. For example, stress because of economic crises led to stealing, thus, uncontrolled emotional arousal also explains half of sexual crimes.

To summarize, there is no quality that would determine one to be a criminal. Criminal behaviour is a result of interaction of different factors where qualities such as anger, impulsiveness may add up. The key though lays in the social context, which shapes one’s patterns of thinking, norms and directs the qualities to criminal decision making. Having this in mind, society should be aware of its power to help and direct a person to better paths. Spot the neighbors’ kid that skips school; a teenager you are teaching that everyone calls a bully and seek to help them.

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SPANISH

“Empecé a consumir drogas en 1999. Todavía era joven, descuidada, rebelde como todo adolescente debe ser. Era una época en la que las drogas de fiesta solo aparecían en nuestro mercado negro, pero lo que faltaba en ese entonces era información. Todos los adolescentes sabían que las drogas son malas para usted, así como lo son los cigarrillos y el alcohol”, recuerda un convicto de la residencia de mujeres de Panevėžys. “Sigo preguntándome ¿por qué yo? Recuerdo a mis amigos que usaban drogas conmigo en los viejos tiempos y que de alguna manera no terminaban como yo. Adicto. ¿Por qué yo? No tengo ni idea… Crecí amado y malcriado. Tenía poco miedo de mis padres. Recuerdo que, si me dijeron que no hacer algo, yo era como mirame. Ustedes podrían llamarlo terquedad. Sí, quizás es mi personalidad. O temperamento. Algún temperamento muy estúpido mío”.

Aquí se plantea una pregunta muy importante: ¿hay un cierto temperamento o conjunto de cualidades que hacen de uno un criminal?

¿Qué califica como una cualidad criminal?

Laura Ustinavičiūtė, científica y experta en psicología criminal aplicada, ha estado buscando algunas respuestas a la pregunta investigando perfiles de convictos.

Después de estudiar psicología humana e identificar las causas de ciertos comportamientos se hizo muy claro que definir a los criminales como un grupo separado no tiene mucho sentido. Se están examinando, investigando y describiendo como algo diferente, aunque todas son personalidades como todos los demás que fueron inducidos a cometer delitos por una variedad de circunstancias que podrían ser económicas y/o sociales. La comisión de crímenes puede estar relacionada también con algunas cualidades personales, pero esas cualidades nunca pueden definirse como determinantes únicamente. Por ejemplo, en la ciencia, la impulsividad, la asociatividad, la ira, la falta de empatía, el escaso autocontrol son las cualidades más a menudo asociadas con el comportamiento criminal. Sin embargo, ser impulsivo o enojado no lo convierte instantáneamente en un criminal. Lo que hace que una persona decida cometer un delito es una situación causada por un conjunto de circunstancias y rasgos personales diversos.

El contexto social como clave

Un determinante importante es el contexto social en el que la persona con las cualidades mencionadas crece. Por ejemplo, una persona con una falta de empatía y una capacidad muy baja para controlarse a sí mismo suena como una mezcla decente de rasgos de personalidad que podrían conducir a un comportamiento criminal. Sin embargo, si los padres u otras personas cercanas enfatizan la importancia de la conducta social, resaltan el respeto y otros valores, la persona con cualidades mencionadas podría actuar en sus deseos de maneras socialmente aceptadas, ejemplo, encontrar maneras legales de ganar más dinero, crear un negocio. En contraste, el escenario opuesto, esa misma persona crece con ausencia de padres y amigos rebeldes. Por lo tanto, puede suceder que uno actúe sobre sus deseos sin ninguna vacilación, ni piense en formas alineadas con la ley, en otras palabras, uno empieza a robar, planeando robos infringiendo así la ley. Este ejemplo sólo significa que las cualidades no determinan la conducta delictiva por sí solas y que éstas pueden configurarse y orientarse a una conducta lícita en lugar de cometer delitos.

Modelar la mente criminal: ¿qué es normal?

El contexto social no sólo dirige las cualidades personales a las buenas o malas decisiones, sino que también moldea la mente. Por ejemplo, pertenecer a una pandilla puede hacer que uno romantice la idea de un mundo criminal, o minimizar la culpa conduce a racionalizar el crimen cometido (p. ej., fui provocado), o hacer un crimen severo puede parecer no tan malo como uno no piensa a través de los ojos de la víctima.

Todo se reduce a patrones de pensamiento que se forman en el contexto social, por lo general la familia. Si, por ejemplo, un niño que crece ve a alguien siendo abusado para conseguir algo, se establece como una norma para un niño. Esto sólo significa que más adelante en la vida la persona podría aceptar el comportamiento abusivo como normal, el que se utiliza todos los días para actuar en un entorno social.

Alta en emociones

Se puede oír a los criminales decir que no tenían la intención de cometer un delito, que ni siquiera recuerdan el acto de la misma. Este estado se suele confundir con el estado de afecto, sin embargo, se llama excitación emocional. Incluye una variedad de emociones, desde la ira hasta la profunda depresión. Cuanto mayor es la excitación, más pobre es el autocontrol y mayor la vulnerabilidad. Por ejemplo, el estrés debido a las crisis económicas llevó al robo, por lo tanto, la excitación emocional descontrolada también explica la mitad de los delitos sexuales.

En resumen, no hay ninguna cualidad que determine que uno sea un criminal. El comportamiento delictivo es el resultado de la interacción de diferentes factores en los que pueden sumarse cualidades como la ira, la impulsividad. La clave, sin embargo, reside en el contexto social, que conforma los patrones de pensamiento, las normas y dirige las cualidades a la toma de decisiones criminales. Teniendo esto en mente, la sociedad debe ser consciente de su poder para ayudar y dirigir a una persona a mejores caminos. Descubre al hijo de los vecinos que se salta la escuela; un adolescente que estás enseñando que todo el mundo llama un matón y buscar para ayudarles.

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